A las cinco de la tarde

baby-orangutan-1056338_1280A las cinco de la tarde, eran las cinco en punto de la tarde, que me disculpe el más grande poeta que ha habido en este país pero, ¡Eran las cinco en todos los relojes! Las cinco, la hora de la merienda, la hora más trágica en Villa Monito porqué desde hace unos días la hora de la merienda en esta casa tiene más faena que la Maestranza lleva.

Por motivos que desconocemos y pese a que nunca le ha hecho ascos a la fruta, en cuanto Monito ve aparecer el bol con la papilla de la merienda entra en barrena, gritos de no, no, no, carreras, pataleos, llantos, lo que viene siendo un buen parraque o pataleta.

Esto dura varios minutos, entre dos y lo que parece que me queda de juventud, si alguien nos viera pelear pensaría que le estoy intentando hacer comer un plato de chinchetas remojadas en aceite de ricino. Y acaba en cuanto le metes la primera cucharada en la boca, después de la primera va la segunda, luego la tercera y luego el bol entero y de postre dos quesitos. Así, como haciendo que no ha pasado nada, a cara de perro, ella se casca toda su merienda viendo Baby tv y claro, a una se le queda el rostro como el emoticono ese del móvil que mira de ladito como sospechando.

Desconozco el motivo por el que a las cinco de la tarde, nuestro hogar se convierte en un escenario de tragedia, tal como viene el parraque se va. No lo hace con el desayuno, ni con la comida, ni con la merienda.

Los primeros días que pilló el parraque máximo coincidió que merendaba en casa de los yayos y sufriendo ella el mal de la yayitis, acabamos por interpretar que no se quería comer la merienda porqué sabe que después nos vamos a casa.

Pero ¿Y en casa? ¿Por qué lo hace en casa? Ni idea, si a alguien se le ocurre que me lo diga, mis nervios se lo agradecerán. Yo he decidido llamarlo «etapa» y no darle mayor importancia, total también está atravesando su etapa dibujante y va decorando a todas horas libretas, mesas, paredes, brazos de personas pacientes…

¿Algún papi más sufriendo parraques?

¡Es una niña!

¡Ala! ¡Ya no hace falta que leáis la entrada! ¡Desvelado queda el misterio! Pues sí, confirmado, es una nena, otra fiera para esta casa de locos.

Hoy nos han hecho la ecografía morfológica y parece que todo marcha estupendamente, hemos podido ver en detalle todo su cuerpecito, sus manitas, sus piececitos que ya parecen de buen tamaño, su carita de perfil, con la nariz y los labios menos marcados que los tenía su hermana mayor, etc.

La nueva fiera, no lo ha puesto nada fácil, para empezar está colocada de nalgas, me han dicho que a estas alturas de embarazo eso no es relevante, se espera que llegado el momento se coloque en posición correcta. Al estar en posición podálica, verle bien la columna ha sido un poco complicado y la ecógrafa me ha acabado dando una paliza buena, con tanto golpe al final la beba ya iba como loca por su charca y no se ha prestado de buen grado al resto de las mediciones.

Por fin, nuestra ecógrafa de confianza, nuestra sexadora particular de bebés, sí es la misma chica que nos dijo que Monito era una nena, haciéndose un poquito la interesante nos ha confirmado eso que aquí la Mami, llevaba un tiempo sospechando, o deseando, vamos a tener otra niña.

IMAG1451_20151118195337092Como padres organizados que somos, antes de llegar a la puerta de la Maternidad ya teníamos decidido su nombre y la primera puesta. Su nombre nos lo guardamos, su primera puesta, la misma que llevó su hermana mayor y que yo ya tenía limpita y preparada a la espera de que mi ecógrafa favorita me certificara mi segunda beba.

Mañana toca visita a la comadrona, terror, intriga y dolor de barriga, me parece que no le va a gustar lo que vea en la báscula, pero no lo puedo evitar, siempre he sido una tragaldabas y ahora no puedo llevar la misma actividad que llevaba hace un tiempo, en fin, deseadme suerte.

Semana veinte, el ecuador del embarazo

Llegamos a la semana veinte de embarazo con cuatro quilos más y las náuseas abandonándome lentamente, en general me encuentro estupenda y aunque queda feo que yo lo diga, guapísima. Si queréis una opinión más empírica, preguntarle a mi marido, o a mi madre, o mejor, os fiáis y ya está. Bueno, esperad, esta vez os pongo una foto ¡va!

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Ando un poco más cansada de lo normal pero al menos las náuseas ahora son puntuales y he dejado de sentirme todo el día como si estuviera viviendo el hundimiento del Titanic después de haberme pegado un atracón de marisco del que ya huele fuertecito.

Aparte de la panchota que va creciendo a pasos agigantados desde hace un par de semanas, no hay ningún cambio físico más a destacar, en este embarazo todo huele como tiene que oler y sabe como tiene que saber. Quizás si que tengo el olfato un poco más sensible pero no como en el embarazo de Monito que me sentía como un sabueso, capaz de detectar un  pedete desde la otra punta de un vagón de metro.

Al tener ya un buen tamaño de tripa mantengo las estrías a raya mezclando la crema Trofolastín con aceite de almendras, igual a la farmacéutica le parece regular que mezcle su producto con aceite pero a mi me funcionó en el primer embarazo, sólo me quedó de recuerdo una estría muy pequeñita en un lado de la cadera. Sólo advierto a las embarazadas que sí tienen el olfato sensible que el olor que resulta de mezclar Trofolastín, por mucho que pongan lo de olor mejorado en el envase, más aceite de almendras se asemeja bastante al compost para plantas, no recomendable si acabas de desayunar, a no ser que quieras ver tus vitaminas prenatales yéndose por el wc.

En cuanto al bebé, es cierto que empecé a notar su presencia en forma de pequeños toquecitos desde la semana quince, pero hasta la semana diecinueve no se ha prodigado mucho, lo cual me llevó a decirle a Papá Monito que estaba convencida de que es un niño, un niño gordote y perezoso. Cosas mías.

Pero eso ha cambiado desde la semana diecinueve, cada vez noto más su gancho de derechas, o su zurda, o su triple carpado en líquido amniótico. Sus coreografías van in crescendo, sobretodo por la noche, cuando me tumbo en la cama a descansar. Igual que hacía su hermana mayor, en cuanto yo me relajo ellos se activan como diciendo: venga mami, méceme un poquito más.

Anoche ya se podían notar claramente las patadas poniendo la mano encima de mi tripa, con tan mala suerte que la exhibición nocturna me pilló a mi en la cama con Monito durmiéndose en la tetita y a Papá Monito fregando platos en la cocina. Esta noche al Papi no se le escapa seguro.

Mañana toca la eco morfológica, que por la seguridad social se hace en la semana veinte. Os contaré si todo sigue perfectamente y esperamos poder desvelar por fin si Monito va a tener un hermanito o una hermanita. Sobre esto hay varias apuestas, total, opinar es gratis y hay un cincuenta por ciento de posibilidades de acierto.

Yo creo que va a ser otra niña, el Papi, aunque no lo reconozca, en el fondo prefiere un nene para no encontrarse en minoría. Sea lo que sea, a partir de mañana se abre la veda para ponerle nombre ¡Que gane el mejor! o ¡Qué leches, aquí se hace lo que diga la Mami! Sigue leyendo

Maldito cambio de hora

light-bulbs-918581_1920Maldito seas cambio de hora que me tienes ya va para dos semanas despertándome a las cinco de la mañana. Sí señores, desde el maldito cambio de hora para entrar en el maldito horario de invierno aquí la que os habla, o mejor dicho, os escribe espachurrada en el sofá,  ha perdido una de las ya escasas horas de sueño de las que disfrutaba.

Porqué Monito por la noche sigue yéndose a dormir a la misma hora: a las siete y media empieza a actuar como si se hubiera bebido una copita de anís, a las ocho empieza a cenar y con cada cucharada se le van poniendo las cejas más rojas (signo inequívoco de sueño), ahora me froto los ojos, ahora me da un ataque de risa floja y a las ocho y media ya ha dado las buenas noches a todo el mundo y está ensobrada con una tetita en la boca.

Pero !Ay, maldito cambio de hora! Si yo ya sé que ella no va a dormir toda la noche del tirón, que a mitad de la noche se va a  despertar pidiendo teta y luego un bibe y luego agua y luego mami y luego su nina y luego agua otra vez, pero la sesión nocturna ya la teníamos perfectamente dominada y coreografiada. Hemos desarrollado tanto la técnica que en 15 minutos máximo nos daba tiempo a que la mami preñada hiciera un pipi, dar teta, preparar bibe, dar bibe, dar agua, buscar la  nina, colocar la nina bajo el sobaco de Monito, tres meneos en el culete, más agua, tres meneos más y a roncar de nuevo los tres. Bueno, yo no, yo no ronco y Monito sólo porqué tiene moquitos.

Con suerte una vez finalizada la sesión golfa ya podíamos dormir más o menos tranquilos y digo más o menos porqué ya muchos conoceréis la clase de paz nocturna que conlleva el colecho hasta las seis de la mañana. Pero, !Ay, maldito cambio de hora!

Maldito cambio de hora que me tienes ya va para dos semanas despertándome a las cinco de la mañana, que le he hecho agujero al corrector salmón de Kryolan intentando arreglarme el careto, que se me ha llegado al olvidar la melodía que tengo puesta como tono de despertador.

!Maldito cambio de hora y maldito tipejo que se lo inventó! ¿Sabéis como fue? Pues según mis investigaciones nocturnas en la Wikipedia, andaba hace unos cien años un tontolaba inglés, o mejor dicho, cabalgaba en su corcel un tontolaba inglés en su habitual paseo matutino cuando se detuvo pensativo en la cima de una colina y atusándose el bigote dijo: Qué lastima, con la mañana tan bonita que se ha puesto y estos vecinos fascinerosos todavía planchando la oreja.

Y digo yo, no podía haber cabalgado hasta la cima de la colina y pensado ¿A ver si se me ocurre una forma de depilación definitiva, completamente indolora y gratuita? No, mejor cambiamos la hora y disfrutamos todos más del día. Del día puede, pero de la noche…. Mira Sir William, tontolaba, te voy a explicar una cosa, que si a las islas británicas no las llaman las islas afortunadas será por algo, que igual si no había nadie más por las colinas dando el paseo previo al desayuno es porqué hacía un día de perros, de esos que se te mete la humedad hasta el tuétano y tus vecinos lo único que pensaban hacer antes del breakfast, con mucho sentido común por su parte, era meter la mano en el pijama y rascarse el trasero.

Maldito seas cambio de hora que me tienes ya va para dos semanas despertándome a las cinco de la mañana, maldito el tipejo que lo inventó y maldito sea el bastardo que dijo que así se ahorraba energía, siempre me he preguntado ¿En casa de quién? Pues en la mía seguro que no y menos ahora que se ven episodios de Pepa Pig desde las cinco de la mañana. Debe de ser en los hogares de gente que trabaja desde casa, tipo Moncloa.

En fin, os dejo, creo que se me está yendo la cabeza con el maldito cambio de hora ¿Alguien sabe cuánto tiempo duran sus efectos?

Halloween a nuestro rollo

Esta entrada podría titularse Halloween a nuestro rollo o bien qué peligro tiene Mami Monito con el Pinterest. Porqué os voy a confesar una cosa, así, de entrada: a mi lo que me gusta es hacer disfraces. Me da igual si es halloween, carnIMG_4765aval, la castañada o el tercer martes de octubre, yo disfruto planeando disfraces, buscando complementos por los bazares del barrio y en general liándola parda, porqué que algo me guste no quiere decir que se me dé ni medio bien. Liándola y liando a todo el mundo en mis proyectos, que si bien yo soy el cerebro pensante, la jefa de proyecto, siempre acaban pringando la Yaya y el pobre Papi Monito, nombrado patronista oficial de mi casa.

El caso es que se acercaba halloween y pensé, voy a darme una vuelta por Pinterest a ver si encuentro un disfraz molón para Monito. Encontré varias versiones de este disfraz de fantasmita así que me puse a ello, un poco de fieltro para hacer la cara, tul blanco y negro para la falda y unos tutoriales de Youtube sobre cómo hacer un tutú sin coser y ya tenía listo el disfraz.

IMG_4810Una monada de disfraz, pero seamos sinceros, con dieciseis meses no es que la nena tuviera un planazo para halloween, ni planes, ni ilusión alguna por el truco o trato y además yo trabajaba ese sábado, por lo que decidimos que ella se iba a disfrazar el domingo, día de Todos los Santos y los yayos aprovecharían la comida familiar del domingo para llenarle una calabaza de caramelos que nos acabamos merendando los adultos a dos carrillos.

Además tener disfraz para ese domingo nos iba de perlas. Desde enero estamos preparando un calendario para el año que viene. Sí, otra vez la mami y sus grandes proyectos para perturbar la paz dominguil de Papi Monito. El caso es que cada final de mes le hacemos a la nena unas fotos ambientadas en algo típico del mes y luego elegimos una para el calendario, la idea es que se vaya viendo cómo va creciendo.

Contado así, parece una gran idea, llevada a la práctica, digamos que hacemos lo que podemos para sacar el proyecto adelante. Me gustaría decir que vivo en una de esas casas de revista perfectamente iluminadas y decoradas en estilo nórdico que hacen las delicias de Instagram, pero no es cierto, mi casa está limpia y punto.

Los domingos que tenemos sesión, ponemos una colcha o sábana blanca sujeta al cabezal de nuestra cama con pinzas del pelo, soltamos a la modelo en el ruedo y nos ponemos a perseguirla uno con una cámara réflex y otro con un móvil, mientras hacemos tontadas de lo más indignas para captar su atención. Normalmente tras diez minutos de frenética actividad la nena está harta de la vida, de las ocurrencias de sus padres, se ha desmontado el traje, el atrezzo y nosotros cruzamos los dedos por tener al menos una foto que no salga movida y no esté haciendo la croqueta.

Puedo confirmar que la sesión para el mes de octubre, ambientada en halloween, ha sido un desmadre. Papi Monito colgó unos fantasmitas de fieltro en el fondo para ambientar y compró un par de calabacitas que se iluminaban para tenerla entretenida. La decoración duró lo mismo que un caramelo en la puerta de un colegio. La modelo tenía sueño y estaba de un humor de perros, vamos toda una Naomi Campbell, si llega a tener un móvil a mano, nos abre la cabeza. Además hay que intentar hacerle las fotos sentada, que si se pone de pie, como ya está muy alta, se nos ve la tramoya. Le he prometido a Papi Monito que en cuanto me toque la primi nos mudamos a una casa enorme donde podrá tener su «habitación del croma» y podrá hacer sus montajes con los niños en plan profesional. Aunque la verdad, no veo muy claro eso de que quiera sujetar a los niños a la pared con velcro….

Creo que no ha salido ni una foto medio decente, en la mayoría se ve una nube de tul huyendo de escena o se está arrancando la diadema o la lleva atravesada en la cara en plan pirata. Pero en fin, ya os he dicho que a mi lo que me gusta es hacer el disfraz, por lo que yo sigo con mis proyectos, a ver qué se me ocurre para las fotos de noviembre, algo en plan otoñal ¿Alguna idea?