Vacaciones en el mar


IMAG1277Como cuando de pequeña volvía al cole, pero de bastante peor humor, hoy vuelvo al trabajo y por consiguiente toca elaborar la más que famosa redacción de Mis vacaciones, pongamos unas 150 palabras para empezar, aunque al final ya veremos.

Estas vacaciones han sido especiales porqué han sido las primeras con Monito, el año pasado era muy chiquitina y no pudimos hacer gran cosa y además hemos ido a veranear al pueblo donde yo he pasado los veranos de mi infancia.

Nos las prometíamos muy felices cuando una mañana de agosto, muy tempraneras, pusimos rumbo a la costa alicantina, pero ¡ay amigos! viajar con bebés tiene su guasa y Monito, en un afán de dotar a sus papis de contenido morboso para su blog, decidió a mitad de camino expulsar abruptamente de su cuerpo ese bibe de 240 ml con 8 cereales que Papá Monito, con precisión de alquimista, le había preparado en la anterior estación de servicio. Así, para estrenar por todo lo alto su flamante silla nueva a contramarcha, con arneses,  segura, segurísima y llena de recovecos de difícil alcance para las toallitas húmedas.

Con la niña en tetillas conseguimos llegar al pueblo de mis amores hacia mediodía y con la ilusión que da empezar unas vacaciones playeras subimos sin rechistar las escaleras que llevan a la tercera planta donde se encuentra el apartamento. Subimos nosotros, la beba, la abuela, las maletas, la silla, los enseres para la playa, los juguetes…. Y todo para nada, ¿para nada? Sí, para nada porqué la puerta de la casa no abría, la llave entra, la llave gira, la puerta no se abre y las vacaciones cada vez pintan mejor.

Aquí va un consejo de amiga si vuestro plan cuando viajáis de vacaciones es: llegaré al sitio, iré al súper y haré comida para el bebé, pues ya os digo ahora que es una castaña de plan, no seáis perezosos, curraros un plan b porqué podéis encontraros esperando un cerrajero a las 3 de la tarde y que en los restaurantes de la zona todos los platos acaben en de marisco.

Una vez conseguimos entrar en casa y ducharnos la cosa empezó a pintar mejor, sobretodo si no te fijabas en el agujero de 10×15 que tuvo que abrir el cerrajero en la puerta para que pudiéramos entrar y que no hemos conseguido que nos taparan hasta casi el final de las vacaciones.

Lo que sigue viene siendo el típico veraneo playero, un ratito de playa, alguna que otra fideuà y paellita, siesta, leer después de la siesta, paseíto y horchata y un bebé que corre cada día más asilvestrado por el paseo marítimo saludando a todo el que se cruza y llamando a una tal Pepa, que ni sabemos quién es, ni a qué se dedica, ni de qué se conocen.

Por en medio de tan idílico descanso Monito todavía fué capaz de colarnos la salida de tres dientecitos nuevos y una visita al centro médico del pueblo por una infección en la garganta de la que desconocemos la causa, sería el traguito de horchata, el de leche merengada o que cuando nos despistábamos la Yaya le dejaba chupar la cuchara del helado. Una no sabe lo que es calor hasta que le pide mimitos non stop un bebé a 38 de fiebre en agosto en Alicante. Eso es ser madre, miras la playa al fondo y achuchas a tu bebé-rescoldo con fuerza mientras piensas otro día será.

Cuatro visitas a la playa de poco más de una hora, en la que le pusimos un trajecito de baño con protección para rayos ultravioleta, con su cremita factor 50 y en las  que estuvo casi todo el tiempo dentro de una tienda de campaña, bastaron para que mi hija fuera subiendo, subiendo de color hasta casi parecer más un grillo que un tierno bebé, a su lado y el de su padre parece que yo me haya quedado en casa haciendo Vacaciones Santillana.

En fin, voy cortando el rollo que creo que me he pasado un trecho de las 150 palabras, os dejo para poder entrar con total profundidad en mi depresión post- vacacional que me la he ganado ¡Maldita sea, mira que eché el euromillón y la quiniela



3 comentarios en “Vacaciones en el mar

  1. Creo que a tus seguidores no nos va a importar que te hayas pasado de largo, porque yo al menos me río un montón con las descripciones y como lo cuentas.. En las vacaciones siempre pasan inprevistos que ya de vuelta cuando lo recuerdas son hasta graciosos y una anécdota más que te llevas! Aunque en el momento… Ni puñetera gracia, jeje
    Feliz comienzo de Septiembre!!

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  2. Qué vacaciones tan moviditas y completas. Por lo menos tu niña y el papá han ligado bronce 😉
    A mí me da por pensar en que el peque se pueda poner malo, en que se le van a trastocar los horarios de sueño (que taaaanto me ha costado que tenga), el jaleo del trayecto… y se me quitan las ganas de ir a ninguna parte. Mira que tengo ganas de volver a viajar, pero creo que no estoy «mentalmente» preparada. Ojalá el año que viene nos animemos, aunque sea a algún sitio cercano.

    Un abrazo.

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